El Crimen de los Marqueses de Urquijo

La noche del 31 de Agosto de 1980 María Lourdes de Urquijo y Morenés, y su marido Manuel de la Sierra y Torres, de 55 años con el título de Marqueses de Urquijo no podían suponer que esa sería la última vez que verían la luz del sol o que estarían disfrutando del ultimo dia juntos en este mundo yéndose a la cama con el pensamiento de que a la mañana siguiente partirían hacia su casa veraniega de Sotogrande en Cádiz.

10/31/2022

El marqués, además de ser conocido por su título nobiliario lo era por ser el propietario del Banco Urquijo, un banco que se encontraba en ese momento en negociaciones de compra por parte del Grupo Hispano Americano. Dichas negociaciones están en un momento delicado ya que el Marques no terminaba de convencerle dicha venta a pesar de que en este mismo año las acciones del Banco Urquijo estaban cayendo en picado. El Grupo Hispano Americano completaría la compra del Banco Urquijo tres años después de estos sucesos. Unos sucesos que fueron los hechos delictivos de más trascendencia mediática hasta la fecha de este país. Periódicos, revistas, radio y televisión hablaban de los sucesos y los juicios como nunca se había hecho de una noticia de este cariz. No había medio informativo que no hablara de ello y todo estaba salpicado con los típicos personas novelizados por Agatha Christie. La historia derivó también en la publicación de varios libros, películas y capítulos para series de televisión, en los que casi la totalidad de los implicados tuvieron parte, mas en la publicación de libros que en los otros medios. La residencia de los Marqueses de Urquijo estaba situada en Camino Viejo de Húmera, 27, en Somosaguas, una lujosa mansión ubicada en este selecto barrio de Madrid que contaba con vigilancia de seguridad privada. El 1 de Agosto, se encontraban desayunando en la cocina de esta casa la Cocinera, Florentina Dishmey, dominicana de nacimiento y una sirvienta. A las 9:10 de la mañana y al entrar Antonio Chapinal, chofer del matrimonio a la cocina se percató de que la puerta del jardín tenía un cristal roto. Florentina le increpó que no bromeara pero Antonio le señaló que había un cristal roto así como cenizas. Los Marqueses siempre pedían el desayuno en la cama antes de la nueve de la mañana. Este retraso y la alarma del chofer hicieron gritar a la cocinera asustada. -O han secuestrado a los marqueses o los han matado. Esta frase haría que la cocinera estuviera señalada desde el primer momento como parte del crimen.

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